Lean in (Vayamos adelante)

Hace apenas un mes, una de mis recientes compañeras de equipo (que según la conocí, se mudó de departamento) tuvo la generosidad de recomendarme un libro. «Lean in» de Sheryl Sandberg, líder empresarial, filántropa y directora operativa de Facebook. Quizá la mayoría ya lo conozcáis, porque tiene ya muchos años, pero yo nunca había oído hablar de él. La verdad que aunque compartimos algunos intereses y siempre me encanta hablar con ella, lo primero que pensé fue «ya, sí, bueno, como si tuviera tiempo para leer. Aún tengo una interminable pila de libros por acabar («the pile of shame»), ¡como para añadir otro!».

Aun así, lo compré. Un par de días después, tras acostar a las niñas, decidí echarle un vistazo a las primeras páginas. Por contextualizar, soy lo que se llama un «early bird»: suelo madrugar, y por las mañanas tengo toda la energía del mundo. A medida que va pasando el día, mis pilas se van agotando hasta que alrededor de las 8-9pm tiro con el 1% de batería que me queda. Mi hora de dormir media suele rondar las 10am, si no un poco antes. Con lo que el esfuerzo de leer por las noches, a pesar de lo que me gusta, es bastante grande. Sin embargo, esta vez vi como las páginas volaban ante mí. Era incapaz de cerrar el libro. A partir de ese día aproveché ratitos después de cenar y ratitos de noches de desvelo (que suelen ser bastantes), y no veía el momento de volver a coger el libro. Me enganchó desde la primera línea. Es como si me viese reflejada a mí, a gente que conocía, a generaciones enteras, en las situaciones y teorías que describía. Como diría Goyo Jiménez, «no lo cuento, lo hago«:

  • Why women have to decide between family and career if men don’t even think about it?: ¿Por qué las mujeres tenemos que escoger entre tener una familia o una carrera, si los hombres ni siquiera se lo plantean? Hemos crecido dando por sentado que nosotras, al ser madres, tenemos que hacer un sacrificio profesional. Porque obviamente nuestra prioridad es la familia. Y en nuestra cabeza, esto significa que profesionalmente tenemos que aceptar un techo. ¿Por qué? ¿Por qué pensamos que tener una carrera de éxito significa trabajar sin descanso y no ocuparte de tu familia? ¿Por qué nos lo planteamos como una elección, cuando los hombres han crecido dando por sentado que pueden tener ambas? ¿Por qué pensamos que es «normal» estar en desventaja frente a nuestros compañeros hombres (y padres, también) por haber estado un tiempo de baja maternal?
  • Don’t leave, until you leave: No te vayas, hasta que de verdad lo hagas. Aquí me dieron ganas de abofetearme por haber pensado hasta ahora exactamente lo mismo que comenta. Es decir: haberme puesto barreras mucho antes de habérmelas encontrado. Antes de tener hijos, ya tenía un plan en la cabeza. Para cuando decidiera tenerlos, tendría que estar en una posición estable y llevar un tiempo considerable para que no se viera mal en la empresa, y olvidarme de cualquier reto, promoción o tomar más responsabilidad justo antes. No vaya a ser que les haga esa mala jugada y traicione su confianza quedándome embaraza, ¡no se me ocurriría!. Y luego, a ver cómo lo hacemos. Así, años antes de que se materialice nuestro plan, ya nos estamos cerrando puertas. Vamos estancándonos, diciendo que no a cosas o dejando de intentar otras. Nos vamos, mucho antes de irnos. Años antes de irnos.
  • Men apply for a job when they meet only 60% of the qualifications, but women apply only if they meet 100% of them: Los hombres aplican a un puesto de trabajo cuando cumplen solo el 60% de los requisitos, pero las mujeres solo aplican si cumplen el 100%. Este hecho está estrechamente relacionado, en mi opinión, con el «síndrome de la impostora», que la mayoría de mujeres compartimos en mayor o menos medida. Tema al que también hace referencia en el libro, explicando que muchas personas, especialmente mujeres, nos sentimos impostoras cuando nos reconocen logros. En lugar de sentirnos orgullosas y dignas de reconocimiento, nos sentimos culpables y pensamos que solo es cuestión de tiempo hasta que alguien descubra lo que realmente somos: impostoras. Tenemos que pasar de pensar «no estoy preparada para hacer eso» a «Quiero hacer eso, y lo aprenderé haciéndolo«.
  • Tiara’s syndrome: El síndrome de la Tiara. Ocurre cuando pensamos que, solo por el hecho de hacer nuestro trabajo bien o formidablemente bien, alguien va a darse cuenta y nos va a depositar una tiara en la cabeza. En una meritocracia situada en el mundo ideal, esto debería ser así. Pero la realidad es bien distinta, y es necesario abogar por nosotr@s mismos. Pedir por esa boca lo que creemos que merecemos. Tomar riesgos, retar nuestras habilidades, pedir una promoción. Hace poco asistí a una reunión virtual en mi trabajo del grupo Women at Amazon, en el que una de las participantes (directora, a la que llamaremos Lisa) contaba una historia muy ilustradora, y motivadora a la par: llevaba un tiempo en su puesto, ya bastante senior, y mantenía una relación muy frecuente con su jefe. Le mantenía al tanto de sus proyectos, debatían largo y tendido sobre su trabajo, y el de su jefe. Lisa daba por sentado que su jefe sabía todos los detalles de lo que ella hacía, y de sus logros. Cuando llegó el momento, le preguntó cual era la fecha que tenía en mente para su promoción, para pensar en próximos pasos. Cual fue su sorpresa cuando su jefe le dijo que no estaba seguro, porque aunque su performance era excelente, no sabía si cumplía todos los requisitios. Ella preguntó exactamente qué requisitos le faltaban y qué debilidades veía. Al escucharlo, le respondió «muy bien, déjame enviarte el detalle de los proyectos y logros que he obtenido hasta ahora en este equipo en los últimos meses, y si quieres volvemos a retomar este tema en nuestra próxima reunión«. Así lo hizo. En su siguiente reunión, su jefe intervino primero «lo siento, porque no tenía ni idea de que habías hecho todo esto. Después de leerlo, creo que sí estás lista para una promoción«. A pesar de ser su jefe y de hablar frecuentemente sobre los temas de trabajo, no era plenamente consciente de todo lo que había conseguido. Muchas veces damos por sentado que nuestro propio jefe debería conocer lo que hacemos, cuánto esfuerzo nos cuesta cada tarea y qué logros conseguimos, pero no siempre es así. Y efectivamente, Lisa fue propuesta para una promoción y fue ascendida por unanimidad. Y a partir de entonces, comenzó a anotar regularmente sus logros y milestones profesionales.

Podría seguir durante días escribiendo citas, párrafos, reseñas, comentarios. No hay por qué estar de acuerdo con todo, pero es un potente despertador emocional. Me gustan los libros que te hacen replantearte cosas. Me gustan los libros como las películas: que al terminarlos te sientas capaz de cualquier cosa. Monete y Marisol acaban de despertarse de la siesta, así que me quedo solo con una frase final: “In the future, there will be no female leaders. There will just be leaders.” («En el futuro no habrá líderes mujeres. Habrá simplemente líderes».)

P.D. – Si me lees… ¡Gracias, María, por tu genial recomendación!

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