¡Hola! Aquí Beatriz, mi círculo también me conoce como la autora de LadyMadriz (eterna teenager ex-miembro del club de los culturetas muertos), y la mayoría de los que me estéis leyendo no me conoceréis de nada. Han pasado muchos, muchos años desde que escribir dejó de ser un hábito para mí. Ocurrió un pelín antes de ser madre, hará unos 5 años. He decidido volver desde un nuevo punto de partida. Sigo siendo eterna teenager, con mis casi 35 años sigo pensando que la gente MUY mayor tiene alrededor de 40 años, y a veces veo a los becarios más de mi edad que a mis jefes. Sigo siendo LadyMadriz, pero he digievolucionado (esta palabra suscitó polémica en mi trabajo, y descubrí que no estaba tan extendida como pensaba. Y menos en lo laboral). Y esta nueva versión nació en el mismo momento en que nacieron mis dos hijas, MONETE Y MARIFLOR.
Y al igual que mi cuerpo no ha sido el mismo desde entonces, con sus kilos de más, sus estrías y sus caderas ensanchadas por albergar VIDA, y con mucho orgullo… mi mentalidad ha cambiado a pasos agigantados. Así que al igual que he creado dos vidas, y he renacido con ellas, pensé que mi vida bloguera se merecía un renacimiento también. De ahí este nuevo blog, donde pretendo retormar la mala costumbre de escribir, y relfexionar. Con nuevo aviso a navegantes, y el que avisa no es traidor: muchas de las entradas serán sobre maternidad (¡oh, sorpresa!), con tintes feministas. Feminismo: Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre. Que no lo digo yo, que lo dice la RAE.
Para terminar esta primera entrada apresurada, dar las gracias a mis amigas. Aunque llevaba tiempo rumiando la idea de volver a bloguear, mi pensamiento único me lo impedía: no-tengo-tiempo. Entonces llegó el 17 de Septiembre, fecha señalada en todos los calendarios de la casa y del móvil, porque era el día anual en que los planetas se alineaban: quedada de amigas. Amigas que son tanmbién (recientemente y no tanto), madres. Lo que complica por mil la posibilidad de fijar una cita, y que se mantenga. Sobrevivimos huracanes, enfermedades de retoños en el grupo, discusiones parejiles, náuseas de embarazo insostenibles, la quedada estuvo en vilo hasta el último minuto. Pero finalmente, y aunque una de ellas confirmó baja, allí estábamos todas. La que era inicialmente baja, se había puesto encima un jersey y había avisado media hora antes de que se unía. Otra apareció con dolor de garganta, dejando también a su retoño con apiretal en casa, con el buenpadre. La última tenía un retoño sano en casa con el buen padre, pero había estado vomitando durante el día. Y allí estaba. Y yo, sin apenas dormir la noche anterior arrastrando cansancio acumulado de años, por supuesto no me lo iba a perder. Allí estábamos, en una terraza de mi Madríz, compartiendo anécdotas, riéndonos, y sobre todo apoyándonos en toda esta vorágine que es ser madre, mujer, trabajadora dentro y/o fuera de casa. Ahí es cuando lo vi claro: si esta quedada ha sido posible, a pesar de todas las adversidades… Monete y Mariflor también puede ver la luz.
Y aquí estamos.
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